Todo lo que necesitas saber sobre Initial Coin Offerings (ICOs)
Inicio
Artículos
Todo lo que necesitas saber sobre Initial Coin Offerings (ICOs)

Todo lo que necesitas saber sobre Initial Coin Offerings (ICOs)

Principiante
Publicación: Jan 30, 2019Actualización: Dec 12, 2022
6m


Contenido


¿Qué es una ICO?

Una Initial Coin Offering (o ICO) es un método que permite a equipos reunir fondos para proyectos del ámbito de las criptomonedas. En una ICO, los equipos generan tokens basados en una blockchain que venderán a personas que apoyen inicialmente el proyecto. Funciona como una fase de "crowdfunding" –los usuarios reciben tokens que pueden usar (ya sea inmediatamente o en el futuro), mientras que el proyecto recibe dinero para financiar su desarrollo. 
La práctica se popularizó en 2014, cuando se utilizó para financiar el desarrollo de Ethereum. Desde entonces, ha sido adoptada por cientos de emprendimientos -particularmente, durante el "boom" de 2017-, con distintos grados de éxito. Aunque el nombre recuerda a Initial Public Offering (IPO, o en español, Oferta Pública de Venta), los dos son métodos para reunir financiación fundamentalmente distintos.

Las IPOs normalmente se aplican a empresas establecidas, que venden una parte de las acciones de la compañía para así reunir fondos. En cambio, las ICOs se utilizan como un mecanismo de recaudación de fondos que permite a las compañías levantar capital para su proyecto en etapas muy tempranas.

Las ICOs pueden ser una alternativa viable a la financiación tradicional de las startups tecnológicas. A menudo, nuevos operadores luchan por conseguir capital sin tener aún un producto operativo. En el ámbito blockchain, las firmas más establecidas raramente invierten en proyectos basándose sólo en los méritos de un "white paper". Y lo que es más determinante, la ausencia de una regulación para las criptomonedas, impide a muchas tener en cuenta las startups de tipo blockchain.

Sin embargo, este método no sólo lo emplean nuevas startups. A veces, empresas establecidas deciden lanzar una ICO inversa -que, funcionalmente, es muy parecida a una ICO ordinaria. En este caso, la empresa ya dispone de un producto o servicio, y emite el token para descentralizar su ecosistema. Alternativamente, también se podría organizar una ICO para incorporar un abanico de inversores más amplio y levantar capital para un nuevo producto basado en blockchain.


ICOs vs. IEOs (Initial Exchange Offerings)

Los Initial Coin Offerings y los Initial Exchange Offerings se parecen en múltiples sentidos. La diferencia principal es que las IEO no son organizadas de forma exclusiva por el equipo del proyecto, sino de la mano de un exchange de criptomonedas.

El exchange colabora con el equipo para permitir a sus usuarios comprar tokens directamente en su plataforma. Se trata de algo que puede ser beneficioso para todas las partes involucradas. Cuando un exchange de reconocido prestigio apoya una IEO, los usuarios pueden confiar en que el proyecto habrá sido rigurosamente auditado. El equipo que hay detrás de la IEO se beneficia de una mayor exposición, mientras que el exchange podrá verse beneficiado del éxito del proyecto.


ICOs vs. STOs (Security Token Offerings)

Los Security Token Offerings fueron en su día tildados de "nuevas ICOs". Desde un punto de vista tecnológico, son idénticos –los tokens se crean y distribuyen de la misma manera. Del lado legal, sin embargo, son completamente diferentes.

Debido a cierta ambigüedad legal, no hay consenso respecto a cómo deberían calificar los reguladores las ICOs (algo que discutiremos de manera más detallada posteriormente). Como resultado, la industria aún está a la espera de una regulación coherente.

Algunas compañías deciden adoptar la vía STO como mecanismo para ofrecer participaciones en forma de tokens. Además, esto les puede ayudar a evitar cualquier incertidumbre. El emisor registra la operación con el organismo gubernamental como una oferta de títulos (securities offering), lo que implica estar sometido al mismo trato que se da a los títulos tradicionales.


¿Cómo funciona una ICO?

Una ICO puede adoptar múltiples formas. En ocasiones, el equipo que la organiza dispondrá de una blockchain operativa que continuará desarrollando en los meses y años venideros. En este caso, los usuarios podrán comprar tokens que serán enviados a sus direcciones de la cadena. 
Alternativamente, podría suceder que la blockchain no haya sido lanzada, en cuyo caso los tokens serán emitidos en otra cadena ya consolidada (como por ejemplo, Ethereum). En cuanto la nueva cadena esté activa, los holders podrán hacer un swap (cambio) de sus tokens por aquellos recientemente emitidos en la misma.
La práctica más común, sin embargo, es emitir tokens en una cadena con capacidad para smart contracts. De nuevo, esto suele hacerse predominantemente en Ethereum –muchas aplicaciones utilizan el estándar para tokens ERC-20. Aunque no todos se han originado a partir de ICOs, se estima que a día de hoy hay más de 200.000 tokens distintos en Ethereum.

Aparte de Ethereum, existen otras cadenas que pueden ser utilizadas –Waves, NEO, NEM o Stellar, son sólo algunos ejemplos populares. Dada la gran flexibilidad de estos protocolos, muchas organizaciones no se plantean migrar, sino que optan por llevar a cabo sus desarrollos sobre una base ya existente. Este enfoque les permite aprovechar el "efecto red" de un ecosistema ya consolidado, y proporciona a los desarrolladores acceso a herramientas que ya han sido puestas a prueba.

Una ICO se anuncia con antelación y detalla las reglas bajo las cuales será conducida. Podrá marcar un calendario durante el que estará operativa, implementar una "hard cap" (capitalización máxima) para los tokens que se venderán, o una combinación de ambas cosas. Podrá haber también una whitelist en la que tengan que registrarse los participantes de antemano. 

Los usuarios, a continuación, envían fondos a una dirección que ha sido especificada –generalmente, se aceptan Bitcoin y Ethereum debido a su popularidad. Los compradores proporcionarán una nueva dirección para recibir los tokens, o éstos serán automáticamente enviados a la dirección desde la que hicieron el pago.


¿Quién puede lanzar una ICO?

La tecnología para crear y distribuir tokens es ampliamente accesible. Pero en la práctica, hay muchas consideraciones legales a tener en cuenta antes de realizar una ICO.

En general, el espacio de la criptomoneda carece de pautas regulatorias, y algunas preguntas cruciales aún no se han respondido. Algunos países prohíben el lanzamiento de ICOs por completo, pero incluso las jurisdicciones más amigables con el cifrado aún no han presentado una legislación clara. Por lo tanto, es imprescindible que comprenda las leyes de su propio país antes de considerar una ICO.


¿Qué regulaciones existen en torno a las ICOs?

Es difícil dar una respuesta única para todos porque hay muchas variables a considerar. Las regulaciones varían de jurisdicción a jurisdicción, y cada proyecto probablemente tiene sus propios matices que pueden afectar la forma en que las entidades gubernamentales lo ven.

Es difícil dar una respuesta única para todos porque hay muchas variables a considerar. Las regulaciones afectadas de jurisdicción a jurisdicción, y cada proyecto probablemente tiene sus propios matices que pueden afectar la forma en que las entidades gubernamentales lo ven.

En varias ocasiones, los reguladores han sancionado a los equipos que recaudaron fondos en lo que luego consideraron ofertas de valores. Si las autoridades consideran que un token es una garantía, el emisor debe cumplir con medidas rigurosas que se aplican a los activos tradicionales de esta clase. En este frente, la Comisión de Bolsa y Valores de los Estados Unidos (SEC) ha proporcionado algunas buenas ideas.

En general, el desarrollo de la regulación es lento en el espacio blockchain, particularmente a medida que la tecnología supera las ruedas de giro lento del sistema legal. Aún así, numerosas entidades gubernamentales han estado discutiendo la implementación de un marco más transparente para la tecnología blockchain y las criptomonedas.

Aunque muchos entusiastas de blockchain desconfían de la posible extralimitación del gobierno (lo que podría dificultar el desarrollo), la mayoría de ellos reconoce la necesidad de proteger a los inversores. A diferencia de las clases financieras tradicionales, la capacidad de participar en cualquier parte del mundo presenta algunos desafíos importantes.


¿Cuáles son los riesgos de las ICOs?

La posibilidad de que un nuevo token otorgue grandes ganancias es atractiva. Pero no todas las monedas son iguales. Al igual que con cualquier inversión en criptomonedas, no hay garantías de que tenga un retorno positivo de la inversión (ROI).
Es difícil determinar si un proyecto es viable, ya que hay muchos factores para evaluar. Los posibles inversores deben realizar la debida diligencia y realizar una investigación exhaustiva sobre los tokens que están considerando. Este proceso debe incluir un análisis fundamental exhaustivo. A continuación hay una lista de algunas preguntas para hacer, pero de ninguna manera es exhaustiva:
  • ¿Es viable el concepto? ¿Qué problema soluciona?
  • ¿Cómo se asigna el suministro?
  • ¿El proyecto necesita una blockchain / token, o se puede hacer sin uno?
  • ¿El equipo tiene buena reputación? ¿Tienen las habilidades para dar vida al proyecto?

La regla más importante es nunca invertir más de lo que puedes permitirte perder. Los mercados de criptomonedas son increíblemente volátiles, y existe un gran riesgo de que tus tenencias caigan en picada.


Conclusión

Las Ofertas iniciales de monedas han sido tremendamente efectivas como un medio para que los proyectos en sus primeras etapas obtengan fondos. Tras el éxito de la Oferta inicial de monedas de Ethereum en 2014, muchas organizaciones pudieron adquirir capital para desarrollar nuevos protocolos y ecosistemas.

Sin embargo, los compradores deben ser conscientes de en qué están invirtiendo. No hay retornos garantizados. Dada la novedad del espacio de la criptomoneda, tales inversiones son altamente riesgosas, y hay poco a modo de protección si el proyecto no logra entregar un producto viable.