En nuestras vidas, nos encontramos constantemente gestionando riesgos -ya sea al ejecutar tareas simples como conducir un coche, o al hacer un nuevo seguro o plan médico. La gestión de riesgos es, en esencia, una cuestión de evaluación y reacción ante los riesgos.
La mayoría gestionamos dichos riesgos de forma inconsciente al realizar nuestras actividades cotidianas. Sin embargo, cuando se trata de mercados financieros y administración de empresas, la evaluación de riesgos se convierte en una práctica crucial y plenamente consciente.
En economía, podemos describir la gestión de riesgos como el marco que define la forma en que una compañía o inversor maneja los riesgos financieros -los cuales, son inherentes a todo tipo de negocios.
Para traders e inversores, dicho marco puede incluir la gestión de múltiples clases de activos, tales como criptomonedas, Forex, commodities, acciones, índices e inmobiliario.
Existen muchos tipos de riesgos financieros, los cuales pueden ser clasificados de diversas maneras. Este artículo proporciona una perspectiva general del proceso de gestión de riesgos, presentando a su vez algunas estrategias que pueden ayudar a los traders e inversores a mitigar los riesgos financieros.
Normalmente, el proceso de gestión de riesgos consta de cinco pasos: establecimiento de objetivos, identificación de riesgos, evaluación de riesgos, definición de respuestas y monitorización. Dependiendo del contexto, sin embargo, dichos pasos pueden verse alterados de forma significativa.
El primer paso es definir cuáles son los objetivos principales, lo que, a menudo, guarda relación con la tolerancia al riesgo de la compañía o individuo -o dicho de otra forma, el nivel de riesgo que éstos están dispuestos a asumir para avanzar hacia sus objetivos.
El segundo paso implica detectar y definir cuáles son los riesgos potenciales. El objetivo es poner de manifiesto todos los tipos de acontecimientos que puedan provocar efectos negativos. En un contexto empresarial, dicho paso puede proporcionar también información detallada que no esté directamente relacionada con riesgos financieros.
Después de definir los riesgos, el siguiente paso es evaluar su probable frecuencia y severidad. Los riesgos son entonces clasificados en orden de importancia, lo que facilita el desarrollo o adopción de una respuesta adecuada.
El cuarto paso consiste en definir respuestas para cada tipo de riesgo, según su nivel de importancia. Es el paso encargado de determinar qué acción debe llevarse a cabo en el caso de que se produzca un acontecimiento desfavorable.
El paso final de una estrategia de gestión de riesgos es supervisar su eficiencia en respuesta a los eventos. Esto a menudo requiere una recopilación y análisis continuo de datos.
Hay varias razones por las cuales una estrategia o una configuración de trading puede no tener éxito. Por ejemplo, un trader puede perder dinero porque el mercado se mueve en contra de su posición de contrato de futuros o porque se emocionan y terminan vendiendo por pánico.
Las reacciones emocionales a menudo hacen que los traders ignoren o abandonen su estrategia inicial. Esto es particularmente notable durante los mercados bajistas y los períodos de capitulación.
En los mercados financieros, la mayoría de las personas está de acuerdo en que tener una estrategia adecuada de gestión de riesgos contribuye drásticamente a su éxito. En la práctica, esto podría ser tan simple como establecer órdenes de Stop-Loss o Take-Profit.
Una estrategia de trading sólida debería proporcionar un conjunto claro de posibles acciones, lo que significa que los traders pueden estar más preparados para hacer frente a todo tipo de situaciones. Sin embargo, como se mencionó, existen numerosas formas de gestionar los riesgos. Idealmente, las estrategias deberían revisarse y adaptarse continuamente.
A continuación se presentan algunos ejemplos de riesgos financieros, junto con una breve descripción de cómo las personas pueden mitigarlos.
Antes de abrir una posición de trading o asignar capital a una cartera, los traders e inversores deberían considerar la creación de una estrategia de gestión de riesgos. Aún así, es importante tener en cuenta que los riesgos financieros no se pueden evitar por completo.
En general, la gestión de riesgos define cómo manejar los riesgos, pero ciertamente no se trata solo de mitigarlos. También implica un pensamiento estratégico para que los riesgos inevitables se puedan tomar de la manera más eficiente posible.
En otras palabras, también se trata de identificar, evaluar y supervisar los riesgos, de acuerdo con el contexto y la estrategia. El proceso de gestión de riesgos tiene como objetivo evaluar la relación riesgo / recompensa para que se puedan priorizar las posiciones más favorables.