En pocas palabras, un algoritmo es una serie de pasos que define una secuencia de acciones. También se puede describir como una serie de comandos diseñada para lograr un objetivo específico o resolver un problema en particular. Los algoritmos se utilizan y se estudian principalmente en las áreas de matemática e informática, pero también pueden estar relacionados con otros contextos, como las redes neuronales biológicas y los dispositivos electrónicos.
En informática, un algoritmo consiste en una secuencia de instrucciones inequívocas que llevan a programas informáticos a realizar una variedad de tareas. Pueden estar diseñados para ejecutar una acción simple, como restar dos números, u operaciones más complejas, como encontrar la mejor ruta entre dos o más ubicaciones geográficas. Por lo tanto, los algoritmos informáticos son extremadamente útiles para realizar todo tipo de tareas, desde cálculos y procesamiento de datos hasta incluso toma de decisiones.
Cada algoritmo está compuesto por un punto inicial y uno final fijos, que producen resultados (outputs) de acuerdo a los datos de entrada (inputs) y los pasos predefinidos. Se pueden combinar varios algoritmos para realizar tareas más elaboradas, pero una mayor complejidad también requiere más recursos informáticos.
Los algoritmos también se pueden medir según su correctitud y su eficiencia. Correctitud es un término acuñado en la jerga informática y se refiere tanto a la precisión del algoritmo como a si puede o no resolver un determinado problema. Eficiencia tiene que ver con la cantidad de recursos y el tiempo que un algoritmo necesita para realizar una tarea en particular. Muchos científicos informáticos utilizan una técnica de análisis matemático conocida como asintótica para comparar diferentes algoritmos, independientemente del lenguaje de programación o el hardware con el que se estén ejecutando.