Las organizaciones benéficas encuentran a menudo barreras para el éxito de su labor, debido a la falta de transparencia, problemas relacionados con la rendición de cuentas y límites en las formas de donación que pueden aceptar. La cripto-filantropía (o el uso de tecnología blockchain para facilitar las contribuciones caritativas) ofrece una solución alternativa mediante transacciones descentralizadas y directas, que pueden ayudar a estas organizaciones a recibir donativos y recaudar fondos de un forma más eficiente.
La creación de sistemas blockchain trajo consigo numerosos beneficios en diversos sectores, debido a que permiten incrementar la transparencia y la seguridad en los datos. A pesar de que el concepto existe desde mucho antes que se creara Bitcoin, no ha sido hasta hace poco que el potencial del blockchain ha empezado a ser reconocido de forma más amplia.
El blockchain es un componente fundamental de casi todas las redes económicas basadas en criptomonedas. Fue concebido originalmente por Satoshi Nakamoto como libro contable digital de Bitcoin, pero posteriormente, la tecnología sería aplicada a distintos escenarios, demostrando no sólo ser útil para las monedas digitales, sino también para muchas otras formas de comunicación digital y compartición de datos.
La blockchain de Bitcoin opera como una tecnología de libro contable distribuido (distributed ledger technology o DLT), protegida mediante criptografía y mantenida por una enorme red de ordenadores (nodos). Dicho esquema permite la ejecución de transacciones transfronterizas peer-to-peer (P2P) en un entorno “trustless”. “Trustless” significa que los usuarios no necesitan confiar entre sí, dado que todos los nodos participantes están obligados a seguir un conjunto de reglas predefinidas (establecidas por el protocolo Bitcoin).
El libro contable de Bitcoin empleado para estas transacciones no reside en ningún “data center” o servidor único; sino que la blockchain se halla distribuida y duplicada en una miríada de nodos informáticos, dispersos a lo largo del mundo. Esto significa que siempre que una transacción se confirme o se modifiquen datos, cada participante deberá actualizar su versión de la blockchain en base a estos acontecimientos (es decir, han de alcanzar consenso respecto a cualquier cambio).
Como ya se ha dicho, el blockchain es empleado de manera frecuente como libro contable distribuido (distributed ledger), y las ventajas derivadas de esta tecnología única están siendo aprovechadas por diversas organizaciones filantrópicas y fundaciones caritativas. Entre los ejemplos más destacados, podemos citar el de Binance Blockchain Charity Foundation (BCF).
Aún queda un largo camino por recorrer hasta lograr una adopción global de las criptomonedas, especialmente, en todo lo relativo a obras de beneficencia. En la actualidad, existe un número pequeño, aunque creciente, de organizaciones caritativas que ya han adoptado las criptomonedas como método de donación.
Los donantes que tratan de usar criptomonedas para realizar sus contribuciones pueden verse obligados a limitar sus acciones a las pocas organizaciones que las admiten, o a donar grandes cantidades en un intento por persuadir a sus organizaciones benéficas favoritas para que acepten los criptopagos.
Antes de empezar a recibir donaciones en criptomoneda, las organizaciones benéficas deben poner en marcha un proceso de gestión y distribución de fondos que sea transparente y eficiente. Comprender los fundamentos de las criptomonedas y de la tecnología blockchain -así como la forma de convertir las donaciones en dinero fíat- es crucial para una estrategia de implementación efectiva.
La cripto-filantropía promete algunas ventajas notables para las organizaciones caritativas y los donantes, entre las que se incluyen:
A pesar de las ventajas esbozadas, existen también una serie de problemas potenciales que han de tenerse en cuenta a la hora de adoptar la cripto-filantropía:
La cripto-filantropía ha sido adoptada en los últimos años por organizaciones caritativas de perfil alto. En 2017, por ejemplo, la organización filantrópica global Fidelity Charitable recibió el equivalente a 69 millones de dólares en donaciones en criptomoneda. En el mismo año, un donante anónimo conocido como “Pine” distribuyó en torno a 55 millones de dólares en donaciones de Bitcoin a varias organizaciones de todo el mundo a través del Pineapple Fund.
Como ya se ha explicado anteriormente, Blockchain Charity Foundation (BCF) es otro ejemplo notable de cripto-filantropía. El BCF es una organización sin ánimo de lucro, cuyo objetivo es transformar la filantropía a través del uso de una plataforma benéfica descentralizada.
La cripto-filantropía continúa siendo un medio relativamente nuevo que permite dar, aceptar y distribuir donativos. Pero a medida que la tecnología blockchain se generalice y resulte más familiar, es posible que tanto las obras benéficas como los donantes empiecen a adoptarla como un mecanismo de ayuda a los necesitados más atractivo. Parece razonable pensar que en tanto el público persista en la adopción de esta forma de donar dinero, las organizaciones caritativas no harán sino incrementar las operaciones basadas en criptomoneda.